Cuando soñamos que asistimos a nuestro propio entierro, es una buena señal, contrario a lo que se supone, puesto que indica que finalizara una situación que era muy complicada, y de la cual no hallábamos como salir.
Se aproximan periodos de felicidad y prosperidad.
Si asistimos al entierro de un desconocido o amigo, nos indicara que no es un buen momento para emprender un nuevo negocio, porque las cosas no se darán en el campo laboral de la manera que esperamos.
En el caso de soñar que nos entierran vivos, o ya lo han hecho, es de muy mal augurio, puesto que indica corremos peligros inesperados, y es una invitación para estar prevenidos, puesto que pasamos una situación negativa, y eso no contribuirá para nada en nuestras expectativas, tanto a nivel labora, sentimental o afectivo.