Frecuentemente los paisajes en sueños reflejan nuestro ideal de vida, los lugares y la forma en la que nos gustaría vivir, pero no a nivel material sino más bien social.

Los paisajes que son muy tranquilos, como lo podría ser el caso de un desierto o un lago simbolizan nuestro agrado por el relajamiento y los ambientes calmados.

Los paisajes boscosos, por otra parte, simbolizan que no tenemos prejuicios de las personas y ello nos lleva a relacionarnos con mucha gente.

Este es un buen sueño, pues revela nuestras capacidades para agradar tanto a superiores como a inferiores en rango social.

Soñar con praderas o campos de cultivo indica que nos gusta rodearnos de personas activas y que se caracterizan por su productividad.

Si en el sueño vemos un paisaje de selva sugiere que nos agrada relacionarnos con personas arriesgadas, que viven la vida y nos aportan esa chispa necesaria para romper la monotonía.

Dependiendo del paisaje que veamos, y los sentimientos producidos podremos hacer una interpretación más clara del sueño, Si vemos un paisaje luminoso y agradable se asociara con lo positivo que tiene la vida, pero si es tenebroso y oscuro será reflejo de las negativas.

Contemplarlo por mucho tiempo nos dice que estamos en una etapa de reflexión.

También existen muchos aspectos en el sueño que pueden variar la interpretación, como nuestro estado de ánimo y los eventos en él.